¿Te pasa que entras a la tienda solo a mirar, hablas con la encargada y lo terminas comprando, satisfecho y sin remordimiento?

Yo hago que eso pase en tu clínica.

¡Qué tragedia! ¡Qué villana soy!

Ayudar a médicos a no perder pacientes, a hacer que más personas accedan a servicios que realmente necesitan, y a que su clínica no se estanque ni dependa del azar.

Déjame mostrarte tres casos reales.


(Los nombres me los guardo. No es que no quiera contarlos, pero prefiero que te enfoques en los resultados, no en el chisme).

De €100,000 al año, a facturar €1 MILLONES al año

Bogotá, Colombia.

Una clínica médica. Facturaba €100,000 al año.
Era un lugar pequeño. Una doctora. Un auxiliar de enfermería. Una recepcionista.

Nada más.

Pacientes entraban y… muchos se iban sin agendar. Sin decidirse. Sin comprar.

Aquí no hay magia, ni pócimas secretas.
Se trabajó estratégicamente en tres puntos clave:

Captación de pacientes: traerlos con los mensajes correctos, en los canales correctos.
Cierre de ventas: porque si la gente entra y no compra, algo está mal.
Fidelización: si un paciente te elige una vez, ¿por qué no haría lo mismo una y otra vez?

Resultado:
€1 MILLONE al año.
Un equipo de médicos contratados que generan más del 50% de la facturación.
Un negocio escalable, que ya no depende solo de la doctora.

Boom.


De empleado a tener su propia clínica

Un cirujano plástico.

Con talento. Con experiencia. Con ganas.

Pero con un gran problema: no era dueño de su tiempo ni de su dinero.

Trabajaba para otro. Todo lo que ganaba dependía de una clínica ajena.

Podía quedarse ahí, esperando a que un día, tal vez, lo ascendieran o le pagaran un poco más. O podía hacer lo que hizo:

Crear su marca personal.
Montar una estrategia para atraer pacientes.
Estructurar su clínica con marketing y ventas inteligentes.

Hoy, este cirujano vive 100% de su propia práctica. No le debe favores a nadie. No depende de jefes. Él decide.

Y lo mejor: su clínica sigue creciendo.


De “si no opero, no gano” a facturar MILLONES sin estar en quirófano

Cirujano de Madrid. Conocido. Respetado. Lleno de pacientes.

Pero con un problema GRAVÍSIMO: su clínica dependía totalmente de sus manos.

Si él no operaba, no había ingresos.

Traducción:

  • Si se enfermaba, perdía dinero.
  • Si se tomaba vacaciones, perdía dinero.
  • Si quería rechazar un caso, perdía dinero.

Y si algún día su cuerpo dijera “basta”, ¿qué pasaba?

Así que cambiamos el juego.

Se diseñó un sistema para contratar especialistas.
Su clínica empezó a facturar incluso cuando él no estaba operando.
Duplicó sus ingresos sin aumentar su carga de trabajo.

Hoy, su equipo genera el 50% de la facturación, permitiéndole hacer solo las cirugías que realmente quiere hacer, sin la presión de tener que estar en quirófano cada minuto del día.

Libertad, dinero y crecimiento. Todo al mismo tiempo.


Esto no es magia.

Cada día intentaré que me compres algo.
Y lo haré tan evidente que, si prestas atención a cómo lo hago, es decir, si no te limitas a leer lo que escribo, sino que te fijas en cómo lo escribo, encontrarás tantas lecciones para tu clínica que, aunque no compres nada, ya te habrá merecido la pena.

.