¿Te pasa que ves algo que te gusta, entras a la tienda, hablas con la encargada y lo terminas comprando, satisfecho y sin remordimiento?
Sí, sí, ya sé. Suena ambicioso. Pero antes de que ruedes los ojos y pienses que esto es otro discurso barato de marketing, pregúntate algo:
¿Te imaginas lo importante que puede ser esto para una clínica?
No, en serio. ¿Te das cuenta de lo que significa?
Hablamos de pacientes que entran, confían en ti, toman la decisión y pagan—sin dudar. Y lo mejor: salen convencidos de que hicieron la mejor elección de sus vidas.
Algunos dicen que mi trabajo es manipulador, que instigo el consumo, que empujo a la gente a gastar dinero.
Ayudar a médicos a no perder pacientes, a hacer que más personas accedan a servicios que realmente necesitan, y a que su clínica no se estanque ni dependa del azar.
(Los nombres me los guardo. No es que no quiera contarlos, pero prefiero que te enfoques en los resultados, no en el chisme).
De €100,000 al año, a facturar €1 MILLONES al año
Bogotá, Colombia.
Una clínica médica. Facturaba €100,000 al año.
Era un lugar pequeño. Una doctora. Un auxiliar de enfermería. Una recepcionista.
Nada más.
Pacientes entraban y… muchos se iban sin agendar. Sin decidirse. Sin comprar.
Aquí no hay magia, ni pócimas secretas.
Se trabajó estratégicamente en tres puntos clave:
✔ Captación de pacientes: traerlos con los mensajes correctos, en los canales correctos.
✔ Cierre de ventas: porque si la gente entra y no compra, algo está mal.
✔ Fidelización: si un paciente te elige una vez, ¿por qué no haría lo mismo una y otra vez?
Resultado:
€1 MILLONE al año.
Un equipo de médicos contratados que generan más del 50% de la facturación.
Un negocio escalable, que ya no depende solo de la doctora.
Boom.
De empleado a tener su propia clínica
Un cirujano plástico.
Con talento. Con experiencia. Con ganas.
Pero con un gran problema: no era dueño de su tiempo ni de su dinero.
Trabajaba para otro. Todo lo que ganaba dependía de una clínica ajena.
Podía quedarse ahí, esperando a que un día, tal vez, lo ascendieran o le pagaran un poco más. O podía hacer lo que hizo:
Crear su marca personal.
Montar una estrategia para atraer pacientes.
Estructurar su clínica con marketing y ventas inteligentes.
Hoy, este cirujano vive 100% de su propia práctica. No le debe favores a nadie. No depende de jefes. Él decide.
Y lo mejor: su clínica sigue creciendo.
De “si no opero, no gano” a facturar MILLONES sin estar en quirófano
Cirujano de Madrid. Conocido. Respetado. Lleno de pacientes.
Pero con un problema GRAVÍSIMO: su clínica dependía totalmente de sus manos.
Si él no operaba, no había ingresos.
Traducción:
Y si algún día su cuerpo dijera “basta”, ¿qué pasaba?
Así que cambiamos el juego.
Se diseñó un sistema para contratar especialistas.
Su clínica empezó a facturar incluso cuando él no estaba operando.
Duplicó sus ingresos sin aumentar su carga de trabajo.
Hoy, su equipo genera el 50% de la facturación, permitiéndole hacer solo las cirugías que realmente quiere hacer, sin la presión de tener que estar en quirófano cada minuto del día.
Libertad, dinero y crecimiento. Todo al mismo tiempo.
La magia la hiciste tú, al formarte como profesional de la salud y tener el valor de abrir una clínica.
Yo solo me encargo de que la mayoría de oportunidades se conviertan en tus pacientes y se les vuelva costumbre comprar tus servicios una y otra vez.
Lo que pasará con tu clínica después de recibir tantos ingresos, ya te lo dejo a ti.
Cada día escribo un email con una idea para provocar que te compren más y que vendas menos.
Si te gusta el concepto, te apuntas abajo.
Si eres de los que creen que comprar es algo espontáneo y que tus pacientes lo hacen solos, mejor no te apuntes porque lo que escribo no te va a gustar.
Cada día intentaré que me compres algo.
Y lo haré tan evidente que, si prestas atención a cómo lo hago, es decir, si no te limitas a leer lo que escribo, sino que te fijas en cómo lo escribo, encontrarás tantas lecciones para tu clínica que, aunque no compres nada, ya te habrá merecido la pena.